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6 octubre 2008

CAPITULO XVIII
MÉTODOS DE DEFENSA. II
El método meditativo.— El método invocativo.— Valor de una combinación de los dos.— Ataque por formas de pensamiento.—Ataque por fuerza del pensamiento.— Campos magnéticos.— Fórmula para hacer un círculo mágico.— La Cruz Qabalística.— La Espada de Poder.— El Círculo de Llama.— Uso del incienso.— El Pentagrama Purificador.— Incidente del panel roto.— Fórmula para sellar el aura.—Método de hacer escudos astrales.— Cómo impedir la hipnosis.— Valor de los sacramentos.
Hay dos tipos de trabajo psíquico práctico que pueden usarse separadamente o en combinación, dando el último método, en mi opinión, los mejores resultados con mucho, aunque los exponentes de cada uno están prontos a desacreditar al otro. El método que distinguiremos como el método meditativo consiste en la meditación sobre cualidades abstractas, tales como paz, armonía, protección y el amor de Dios. Es el método de la escuela del Nuevo Pensamiento, y su valor yace en el efecto armonizador que tiene sobre el estado emocional y su contrarrestación de las autosugestiones dañinas. El otro método, que llamaremos el invocativo, consiste en la invocación de potencias externas y el empleo de métodos formales para enfocar su fuerza. Este método tiene muchas gradaciones de complejidad y una variedad infinita de técnica. Va desde la oración más simple que llama al Cristo con el Signo de la Cruz, hasta los más elaborados rituales de exorcismo ejecutados con campana, libro y vela. La esencia del sistema reside en el intento de diseccionar, fuera de la fuerza general del bien, el aspecto particular de energía que se necesita, y en el uso de algún símbolo para actuar como vehículo mágico de esa fuerza sobre el plano de la forma. Este símbolo puede ser una imagen mental de la túnica azul de Nuestra Señora; puede ser la acción de hacer el Signo de la Cruz; puede ser el agua consagrada asperjada como signo de limpieza; o puede ser algún objeto especialmente magnetizado para actuar como talismán. En el método invocativo el objetivo es concentrar la fuerza, y en consecuencia ha de emplearse algún símbolo de forma. En el método meditativo el objetivo es escapar más allá de los límites de la forma a la atmósfera del espíritu puro, demasiado exaltado para que entre el mal, y por lo tanto se elude el uso de cualquier forma o fórmula que impida al alma elevarse a este aire puro.
En mi opinión, y con todo el respeto debido a los practicantes de este último método, se obtendrían resultados mucho mejores si se usase el método invocativo, con su utilización de la eficacia de la fórmula, para permitir a la mente trepar al aire puro de la conciencia espiritual donde el mal no existe. Sólo aquellos que están altamente entrenados en la meditación pueden elevarse sobre los planos sin ayuda. Es extremadamente difícil «retirarse» de la conciencia sensorial sin el uso de alguna clase de artificio psicológico que actúe como trampolín. Parece haber poco objeto en rehusar, por razones puramente académicas, a disponer de un método de probada eficacia. Si realizamos que el uso de formas y símbolos es meramente un artificio psicológico para permitir a la mente conseguir un asidero en lo intangible, no caeremos en el error de las observancias supersticiosas. Una superstición ha sido definida como el uso ciego de una forma cuya significación ha sido olvidada.
Por otra parte, seremos tontos de confiar exclusivamente en los métodos formales o ceremoniales a no ser que al mismo tiempo usemos métodos meditativos a fin de purificar y armonizar nuestra conciencia. Si descuidamos este aspecto de nuestro trabajo, reinfectaremos por nuestras propias vibraciones el círculo mágico, tan rápidamente como lo hayamos aclarado. No es de mucha utilidad el sellar un círculo con los nombres protectores si dejamos que una imaginación atacada por el pánico corra desenfrenada, imaginando toda clase de mal concebible y dejando espacios en blanco para la posibilidad de clases inconcebibles, igualmente, sin embargo, encontraremos muchísimo más fácil realizar la meditación armonizadora si estamos trabajando dentro de la protección de un círculo mágico. Intentar realizar el trabajo del exorcismo solamente por medio de la meditación es como elevar un peso por el esfuerzo no asistido de nuestras dos manos. El empleo del método mágico se parece al uso de una palanca, o una polea y una garrucha. Nuestros músculos son todavía la fuente única de energía, pero por la utilización de principios mecánicos hemos redoblado su poder. Usemos, pues, en la meditación, los símbolos para concentrar nuestra atención; encontraremos esto mucho más fácil que la meditación en términos de pensamiento abstracto. En verdad, en tiempos de esfuerzo y crisis, el pensamiento abstracto puede sernos imposible a no ser que estemos muy experimentados en su uso; pero raramente alcanzaremos un estado cuando no podemos imaginar la Cruz e invocar el Nombre de Cristo.
Los ataques ocultos pueden ser divididos en dos tipos, los que tienen lugar por medio de formas de pensamiento, y los que operan por medio de una corriente de fuerza. Pero incluso en el último caso la corriente de fuerza pronto se recoge o germina formas de pensamiento congeniales a su naturaleza. Por lo tanto en toda perturbación psíquica la forma de pensamiento es un factor que tiene que ser considerado y tratado, y que, de hecho, forma el medio más rápido de diagnóstico; pues es por la percepción de las formas de pensamiento asociadas que el psíquico experimentado es capaz de detectar la naturaleza del ataque.
La fuerza de pensamiento es una cosa que no tiene relación con la posición geográfica, sino que es una cuestión de pura conciencia, y de sintonizarse a su nota clave. Podemos captar las fuerzas de creencias muertas mil años después de la muerte de su último devoto, y sobre el lado opuesto del globo a aquel en el que florecieron. Pero las formas de pensamiento son una cuestión diferente. Tienen posición en el espacio, y aunque pueden ser movidas con la velocidad del pensamiento, y pueden ser apartadas al nivel más sutil del astral y ser ancladas ahí a una idea impidiendo así que incidan sobre los planos de la forma para todos los fines prácticos, no obstante, aunque no ocupan espacio, pueden ser referidas a posiciones definidas en el espacio. Pueden, por ejemplo, ser asociadas con un objeto particular, y seguirán a ese objeto, permaneciendo con su campo magnético. El campo magnético inmediato varía de doce a treinta pies; el campo magnético remoto desde cien a trescientas yardas. Poderosos centros santos, tales como Glastonbury o Lourdes, tienen un campo magnético mayor que éste, extendiéndose posiblemente a un par de millas; están también interconectados entre ellos por líneas de fuerza. Estas cosas han de tenerse en cuenta en el trabajo oculto práctico.
Cuando nos enfrentamos a una influencia perturbante que emana de un foco de poder, tal como el sitio de un viejo templo, tenemos que tratar con el campo magnético remoto por medio del ceremonial. Puesto que éste es un método que sólo puede ser usado por un iniciado de alto grado, no lo consideraremos aquí. Para todos los propósitos prácticos en un ataque psíquico es el campo magnético inmediato el que ha de ser considerado.
El mejor método con el que tratar esto es hacer un círculo mágico. Una mera purificación por sí misma no es tan efectiva como una purificación realizada dentro de un círculo, porque el círculo impedirá efectivamente que las fuerzas barridas fluyan adentro de nuevo. Hay varios métodos de ejecutar esta operación, pero el principio de todos los válidos es el mismo. Las conjuraciones más potentes no pueden darse en estas páginas, porque su uso efectivo depende del grado de iniciación poseído por la persona que se propone usarlas, y poseer una fórmula sin el grado al que pertenece es tan insatisfactorio como poseer una pistola sin ningún conocimiento de disparar. La fórmula que daré se encontrará que es efectiva para todas las condiciones ordinarias. Las condiciones extraordinarias sólo pueden ser tratadas por una persona que ha tenido experiencia.
Al hacer el círculo mágico el operador se halla de pie mirando al este. Da cara al este porque la corriente magnética sobre la que se propone operar corre de este a oeste. Su primer proceder debe ser estabilizar sus propias vibraciones y purificar su aura. A fin de hacer esto, hace la Cruz Cabalística sobre pecho y frente. Tocando su frente dice, «A Tí, Oh Dios (tocando su plexo solar) el Reino, (tocando su hombro derecho) el Poder, (tocando su hombro izquierdo) y la Gloria (juntando sus manos) por los siglos de los siglos. Amén».
Por esta fórmula el operador afirma el poder de Dios como el único creador y ley suprema del universo a la que todas las cosas deben reverenciar, y establece esta fórmula magnéticamente en su aura por la acción de hacer el Signo de la Cruz sobre sí mismo. Este Signo no es un símbolo exclusivamente Cristiano, y puede ser usado igual por el Judío como por el hombre de la Iglesia, pues es la Cruz de la Naturaleza de Miembros Iguales la que se usa, no la Cruz del Calvario, de la que el palo vertical es de doble longitud al de la barra cruzada, y que es el símbolo del sacrificio. La Cruz de Miembros Iguales se refiere a los cuatro cuartos del globo y a los cuatro elementos, y la fórmula asociada con ella proclama el dominio de Dios sobre éstos, y por lo tanto formula ocultamente Su Reino dentro de la esfera del operador.
El operador se imagina a continuación agarrando en su mano derecha, una gran espada de empuñadura en cruz, tal como se muestra en las imágenes de los Cruzados. La sostiene apuntando hacia arriba y dice, «En el Nombre de Dios tomo en la mano la Espada de Poder como defensa contra ell y la agresión», y se imagina creciendo hasta el doble de su tamaño natural, una tremenda figura armada y con cota de malla, vibrando con la fuerza del Poder de Dios con la que ha sido cargada por su formulación de la Espada de Poder.
Procede ahora a trazar el Círculo Mágico sobre el suelo con la punta de la Espada de Poder, y debería ver en su imaginación una línea de fuego siguiendo la punta de la Espada, consistente en pequeñas llamas, tales como las que surgen cuando se vierte e incendia alcohol metílico, pero de un color dorado pálido. Una pequeña práctica debería permitir ser formulado efectivamente este círculo de luz. Seguid dando la vuelta al círculo hasta que esté formulado. El círculo debería ser trazado siempre deosil, es decir, de este a sur, a oeste, a norte, del mismo modo que se moverían las manecillas de un reloj si el reloj se situase cara arriba sobre el suelo. El modo contrario es opuesto al movimiento del sol, el modo en el que las brujas danzaban en los Sabbats. El movimiento deosil afirma el mando de la ley de Dios en la Naturaleza porque es la Vía del Sol; el movimiento opuesto repudia el mando sobre la Naturaleza moviéndose contra el sol. Al resistir un ataque oculto toda la fórmula debería sintonizarse a la nota clave de afirmar el dominio de Dios sobre toda la existencia, siendo el objetivo del operador el alinearse con la Ley Cósmica y hacer que el Poder de Dios trate con la interferencia.
Estando formulado el círculo, el operador, dejando de visualizar la espada pero visualizando todavía el círculo, junta sus manos en oración, y elevándolas por encima de su cabeza hacia el este, reza, «Que el poderoso arcángel Rafael me proteja de todo mal que se aproxime desde el este». Volviéndose hacia el sur repite la misma fórmula en oración a Mikael. Volviéndose hacia el oeste, invoca a Gabriel. Volviéndose hacia el norte invoca a Uriel. Dando de nuevo la cara al este, y completando así el círculo, repite la fórmula de a Cruz Qabalística.
Esta formulación del círculo mágico es especialmente valiosa para proteger el lugar de dormir, siendo trazado el círculo alrededor de la cama No es necesario moverse por el cuarto, o desplazar el mobiliario a fin de trazar el círculo; será formulado dondequiera que se visualice que está.
Es necesario reafirmar este círculo cada vez que las mareas cambian; es decir, un círculo hecho después de la puesta del sol se mantendrá hasta el amanecer, y un círculo hecho después de la salida del sol mantendrá su potencia hasta el ocaso. Después de que el círculo ha sido afirmado un número de veces en el mismo lugar su influencia persistirá por un período considerable, pero es aconsejable reformularlo a la mañana y a la tarde durante la fase activa de un ataque.
El incienso quemado dentro del círculo es de mucha ayuda, pero debe ejercerse cuidado en la elección de un incienso. Nunca deberían usarse pebetes de composición desconocida, pues están usualmente compuestos con vistas a ayudar a la manifestación. El incienso de iglesia de buena calidad, tal como puede comprarse en la mayoría de los proveedores de iglesias, es seguro y satisfactorio porque está compuesto de acuerdo con recetas tradicionales; las cualidades más baratas pueden no cumplir estas condiciones.
Al tratar con elementales o entidades no humanas el Pentagrama, o Pentalfa, es la mejor arma. Esta es una estrella de cinco puntas trazada de un modo particular. Con los dedos primero y segundo de la mano derecha en punta, y doblando los otros hacia la palma y tocando sus puntas con el pulgar, proceded a trazar el Pentagrama en el aire, manteniendo el codo rígido y oscilando el brazo en toda su extensión. Empezad con el brazo derecho cruzado a través del cuerpo, la mano aproximadamente al nivel de la cadera izquierda, con los dedos extendidos apuntando hacia abajo y hacia afuera. Voltead hacia arriba, como trazando una línea recta en el aire, hasta que los dedos apuntan directamente hacia arriba por encima de la cabeza a la longitud del brazo. Bajadlo rápidamente de nuevo, manteniendo el codo rígido, hasta que la mano ocupe la posición correspondiente sobre el lado derecho a aquella desde la que empezó en el izquierdo. Habéis trazado ahora una V gigantesca invertida. A continuación oscilad la mano cruzando el cuerpo, en inclinación ascensional, hasta que queda extendida al nivel del hombro izquierdo, apuntando hacia la izquierda. Hacedla cruzar el cuerpo horizontalmente hasta que está en la misma posición sobre la derecha, con los dedos apuntando hacia afuera del cuerpo. Osciladla ahora hacia abajo cruzando el cuerpo hasta que la mano haya vuelto al punto junto a la cadera izquierda desde el que comenzó. Este es un signo extremadamente potente. El valor de la Estrella de Cinco Puntas, el símbolo de la Humanidad, es ampliamente conocido entre los ocultistas, pero su potencia depende de la manera en que se traza. El método que he dado es el correcto para purificar.
La potencia del signo puede ser ilustrada por una experiencia propia al usario, que el escéptico está en libertad de dudar si lo desea; la menciono meramente en provecho de aquellos que puedan estar interesados.
Estaba tomando parte en cierto trabajo con un ocultista indio cuando tuve sospechas de que no todo era como debería ser, protesté, y se me dijo que me retirara. Lo hice, determinada a observar los procederes desde la distancia, y si mis sospechas eran confirmadas, a tener una expose. Unos pocos días más tarde estaba sentada en mi habitación una tarde charlando con una amiga; estaba empezando a oscurecer, y estábamos hablando junto a la luz de un fuego de gas. De repente nos percatamos ambas simultáneamente de una presencia en la habitación y nos volvimos espontáneamente en la misma dirección. Mi amiga sintió una presencia antagonista, y yo, siendo más psíquica, vi quien era, y no tuve dificultad en percibir la forma de mi asociado indio en una esfera de forma de huevo de nebulosa luz amarilla. Le dije a mi amiga que abandonara la habitación y esperara en el vestíbulo, y tan pronto como la puerta se cerró detrás de ella, hice uso del Pentagrama que he descrito, junto con ciertos Nombres de Poder que no son adecuados para descubrirlos en estas páginas. Inmediatamente la aparición en el rincón junto a la puerta se quebró y desapareció, y al mismo tiempo hubo un resonante crujido, que mi amiga oyó en el vestíbulo. La llamé para que volviera, y conforme entraba exclamó, «¡Mira lo que le ha pasado a la puerta!» y encontramos que uno de los paneles se había hendido limpiamente en dos. Era esto lo que había causado evidentemente el fuerte crujido que habíamos escuchado ambas. No ofrecí explicación alguna de este incidente por la razón buena y suficiente de que no sé cuál pueda ser la explicación. Meramente expongo lo que sucedió. Mis lectores pueden explicarlo como quieran.
Cuando no sea posible sellar la habitación, es una cosa muy útil ser capaz de sellar el aura. Poneos de pie y hacer la cruz sobre vosotros, tocando la frente, el pecho, el hombro derecho y el hombro izquierdo, diciendo, «Por el poder del Cristo de Dios dentro de mí, a quien sirvo con todo mi corazón y con toda mi alma y con toda mi fuerza (extended vuestros brazos hacia adelante tan lejos como podáis alcanzar, al nivel del plexo solar, con las puntas de los dedos tocándose, y volteadlos entonces en redondo hasta la espalda, las puntas de los dedos tocándose de nuevo detrás, diciendo), yo me rodeo con el Círculo Divino de Su protección, a través del cual ningún error mortal se atreve a poner su pie». Esta es una vieja fórmula monacal. Es muy efectiva, pero su potencia sólo dura cerca de cuatro horas.
Hay otros diversos artificios que son útiles, no sólo al tratar con los ataques psíquicos, sino en cualquier caso de influencia o dominio indebidos.
Si tenéis que entrevistaros con personas cuya influencia encontráis abrumadora, imaginad que están separadas de vosotros por una lámina de vidrio. Podéis verlas, y oírlas, pero su magnetismo no puede alcanzaros. Visualizad esta plancha de vidrio hasta que os parezca ser absolutamente tangible. Si tenéis que asociaros con personas que os fastidian, pero no estáis entrevistándolas realmente, imaginad que están separadas por una pared de ladrillo, y deciros a vosotros mismos, «Simplemente no estáis ahí. No puedo veros, u oíros, y simplemente no existís».
Cuando tratéis con una persona que chupa vuestra vitalidad, entrelazad vuestros dedos, y depositad vuestras manos cruzadas sobre vuestro plexo solar, manteniendo vuestros codos presionados contra vuestros lados. Mantened vuestros pies tocándose uno al otro. Habéis contactado así todos vuestros terminales y habéis hecho de vuestro cuerpo un circuito cerrado. Ningún magnetismo saldrá de vosotros mientras mantengáis esta actitud. Vuestro amigo se quejará probablemente de vuestra falta de simpatía, pese a lo amablemente que podáis hablar.
Si alguien trata de dominaros mirándoos fijamente a los ojos, no tratéis de devolver mirada por mirada, pues esto sólo conduce a una lucha agotadora en la que podéis llevar la peor parte, sino que mirad fijamente al punto justo por encima de la base de su nariz, entre los extremos internos de las cejas. Si estáis tratando meramente con un bravucón ordinario tendréis inmediatamente el control. Si, sin embargo, vuestro antagonista tiene conocimiento del poder mental, podéis no ser capaces de dominarle, pero él ciertamente no será capaz de dominaros, y el resultado serán unas tablas. No tratéis de dominarle, mantened meramente vuestros ojos sobre el punto y aguardad a que se canse de su intento por dominaros. No tendréis que esperar mucho.
Por el uso de los métodos descritos en las páginas precedentes cualquier persona de coraje y mentalidad normales, supuesto que evite las drogas, el alcohol y largos períodos sin alimento, puede, si no pierde su valor, desgastar cualquier ataque psíquico ordinario; o en el caso de ataques de potencia anormal, puede al menos asegurarse un tiempo para hacer buena su escapatoria y buscar ayuda.
Los sacramentos son también una fuente sumamente potente de poder espiritual, y una iglesia donde se conserve el Santo Sacramento, o que sea lo suficientemente vieja para haber sido consagrada antes de la Reforma, es un santuario efectivo.