Proyección mental…

31 agosto 2008


La dualidad genera el deseo y el deseo hace que huyamos de nosotros mismos porque hace que nos proyectemos de dentro hacia fuera, por eso es tan importante autodirigirse hacia uno mismo y no hacia fuera. Para experimentar nuestra verdadera esencia, es necesario ir hacia el centro, hacia uno mismo, no hacia fuera de uno mismo. Todo es creado y destruido a partir de uno mismo, uno mismo proyecta hacia fuera o se integra en su ser, todo depende de la dirección que se tome, por eso es tan importante ir hacia dentro, para no elaborar ideas falsas que nada tienen que ver con uno mismo y que son pura ilusión. Todo nace de uno y muere de uno hasta llegar a descubrir que uno lo tiene todo, todo lo necesario para ser feliz, sin necesidad de proyectarse hacia fuera. Al pensar, al desear, al necesitar, estamos proyectándonos hacia fuera, pero para descubrir el amor, debemos ir hacia dentro, sin proyección de ningún tipo, debemos descubrir nuestro interior para llegar a comprender que la felicidad está en nosotros, no fuera de nosotros. Al desear, nos proyectamos hacia fuera, con lo que huimos de nosotros mismos, y ¿Cómo vamos a ser felices si huimos de nosotros mismos (debido al deseo)? Deseamos ser felices y para obtener la felicidad, deseamos, huyendo de nosotros. Esto es algo paradójico porque la felicidad está dentro de nosotros, no fuera y sin embargo, la buscamos fuera. La felicidad no está en desear, sino en no desear. Buscamos la felicidad, ¿para qué, si ya la tenemos? Cuando sentimos rechazo hacia los demás, ¿Quién lo siente? ¿Quién siente rechazo? Si sentimos rechazo hacia los demás, sentimos rechazo, experimentamos el sentimiento de rechazo en nosotros, por tanto sentimos rechazo hacia nosotros mismos. Todo lo que se experimenta en la consciencia, se vive como algo absoluto, como un Todo, porque nosotros somos lo absoluto, con lo que todo lo que experimentamos, lo experimentamos con toda nuestra consciencia, de modo absoluto. Así si tenemos miedo, nos vivimos todo como miedo y si sentimos amor, lo vivimos todo como amor. El ser que es, permanece independientemente de nuestros sentimientos o ideas, pero siempre que experimentemos lo que no tiene que ver con nuestro verdadero YO, no lograremos vivirlo, no lo viviremos hasta que nos desprendamos de todo lo que lo oculta y no lo deja manifestarse. ¿Qué somos nosotros? Nuestra verdadera esencia somos nosotros, todo lo demás son proyecciones que parten de nosotros, que nosotros proyectamos hacia fuera, y al proyectarnos hacia fuera, estamos huyendo de nosotros mismos, vivimos nuestra proyección lo cual nos impide percibir lo que realmente somos, la proyección pues, nos impide vivir lo que somos porque nos aleja de nosotros mismos, nos aleja de lo que somos. Existe el deseo, la necesidad, que hace que proyectemos y que necesitemos creer en algo, creer en todo, menos en nosotros mismos. Vivimos así fuera de nosotros, no en nosotros, no vivimos lo que somos, sino todo aquello que no somos, por eso es tan importante ir hacia dentro, no hacia fuera, no debemos quedarnos atrapados por lo externo, sino absorberse en lo interno, en lo profundo. También debemos salir de la proyección, situarse detrás de ella, no seguir la proyección que viaja hacia delante, debemos situarnos detrás, en el centro donde se origina y del que parte, que somos nosotros, no dejarnos atrapar por el deseo que hace que proyectemos, no meternos dentro del deseo, sino salir fuera del deseo y observarlo, así veremos que ya no estaremos atados a él, simplemente actuaremos como observadores de él, sin seguir su juego y así ya no nos afectará. Uno es el mejor maestro de sí mismo, pues uno mismo sabe lo que necesita para evolucionar. El conocimiento de uno mismo proviene de sí mismo, no de los demás, pero un iluminado puede ayudar mejor a los demás porque sabe en cada momento lo que los demás necesitan, pero aún así, el mejor maestro de uno mismo es sí mismo aunque una cosa que no se debe perder de vista es que todos necesitamos amor independientemente de quién seamos y esto siempre y a todas horas se puede regalar a los demás, una sonrisa, una caricia, un abrazo, que llenarán de amor a la otra persona y le dejarán una huella imborrable que penetrará hasta el fondo de su alma, de sí misma para siempre, entonces le estaremos dando lo que su alma necesita, que es amor, y el amor hoy y siempre será un regalo de Dios que a nuestra disposición podremos compartir con los demás, dándoles lo que buscan, lo que necesitan y lo que, una vez aceptado, nunca más olvidarán y permanecerá en ellos para siempre y hasta la eternidad porque hay algo que por sí mismo, a veces uno no sabe, y esto es aprender a amar y porque es cierto que cada uno de nosotros somos nuestros propios maestros, pero hay por ello también algo que todos buscamos de una forma o de otra y es amor, y si nosotros damos amor a otra persona, esta será la mejor forma de poder ayudarle porque el amor es algo que todo el mundo necesita y que busca, por eso debemos ser un poco humildes y considerar a los demás también como maestros de aquello que necesitamos y buscamos. Así, uno es el mejor maestro de sí mismo, pero los demás también pueden ser maestros nuestros si nos dan lo que nuestro maestro interior reclama, aún así, somos nosotros los que aprendemos, pero siempre a través del amor y de la visión que nos dan los demás y también de las experiencias de no-amor que vivamos, pues a veces, no valoramos el amor y tenemos que aprender a través del sufrimiento, pero estos son casos extremos, aunque sí que los hay, pero se trata de gente muy dormida espiritualmente. Las cosas tampoco son tan absolutas. Aprendemos en definitiva de todas las experiencias, absolutamente de todas y nosotros buscamos las experiencias que necesitamos para evolucionar, si nos encontramos con una persona que nos ama realmente, es porque podemos aprender de su amor. Si nos encontramos con una persona que nos odia, es porque necesitaremos aprender del sufrimiento. Si amamos, seremos felices y aprenderemos del amor. Si odiamos, sufriremos y tendremos que aprender del sufrimiento. Tú eliges, el camino de la felicidad o del sufrimiento. ¿Por qué lo complicamos tanto? ¿No es más fácil ser feliz que desgraciado? No ames porque te lo digan. Ama porque desees amar, porque quieras amar, aunque no te apetezca.