Aura Quinta

14 septiembre 2008

Venimos ahora a considerar el aura quinta, la del Manas superior o Individualidad. No hay que decir que ese aura no la ve todo el mundo. En los casos en que es perceptible, su belleza y su delicadeza están por encima de toda expresión. Asemejase menos a una nube coloreada, que a una luz viva; pero no hay en verdad palabras para expresarla. Está compuesta de una materia que corresponde a la de los subplanos devachánicos más elevados, y es en efecto el Karana Sharira, el vehículo del Ego reencarnador que pasa con él, de vida en vida, por las condiciones de su substancia y de su grado de avance. En el aura de un adepto, tiene tan inmenso predominio sobre el aura de la personalidad, que esta última en realidad no existe; pero el estudio del aura del adepto está por encima de los medios de aquellos que están en el comienzo del Path (Sendero). Uno, por ejemplo, de esos puntos importantes a considerar, es el de ese obscuro y misterioso factor que indica el tipo particular a que pertenece el adepto, y de ese orden de ideas que revela una tradición persistente, – y perfectamente fundada – es la preservación de las pinturas murales que representan a Gotama Buddha en los templos de Ceilán. El Gran Maestro está representado en ellas con aura cuya coloración y disposición serían ridículas e imposibles si se tratara de un hombre ordinario o de un adepto (si puede usarse sin irreverencia tal expresión), de un adepto medianamente desarrollado, pero que son en realidad la representación basta del actual estado áureo de los adeptos del tipo particular al que pertenecen los Buddhas. Es de notar, además, que algunas de esas pinturas indican también el aura de salud de que hemos hablado al principio.