cientifico: el ADN puede alterarse con palabras

9 febrero 2009

http://www.dsalud.com/numero67_1.htm

La fisica cuantica confirma que podemos modificar la realidad:

http://ninosdelsol.ning.com/profiles/blogs/la-fisica-cuantica-confirma


LA FÍSICA CUÁNTICA CONFIRMA QUE CREAMOS NUESTRA REALIDAD!!!!!!!!!!!!!

1 diciembre 2008

La física moderna dice «tú si puedes»

Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo «esotérico», cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las «tomografías» . Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando «ve» que cuando «siente», llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad ? «La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente», afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro «¿y tú qué sabes?». En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.

La farmacia del cerebro

En un pequeño órgano llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se crean unas partículas llamadas «péptidos», pequeñas secuencias de aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neuropéptidos. Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente. Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad Maharishi , dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado cuántico: «hay química para la rabia, para la felicidad, para el sufrimiento, la envidia…»

En el momento en que sentimos una determinada emoción, el hipotálamo descarga esos péptidos, liberándolos a través de la glándula pituitaria hasta la sangre, que conectará con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de la fisura sináptica. Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni siquiera en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la tormenta eléctrica que provoca cada mentalismo, conectando las neuronas a través de las «fisuras sinápticas».

Cada célula tiene miles de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas experiencias emocionales. La Dra. Candance Pert, poseedora de patentes sobre péptidos modificados, y profesora en la Universidad de Medicina de Georgetown, lo explica así: «Cada célula es un pequeño hogar de conciencia. Una entrada de un neuropéptido en una célula equivale a una descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la célula».

Nuestro cerebro crea estos neuropéptidos y nuestras células son las que se acostumbran a «recibir» cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia, generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean hábitos de pensamiento. A través de los millones de terminaciones sinápticas, nuestro cerebro está continuamente recreándose; un pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando pensamos o sentimos «algo» en repetidas ocasiones. Así es como una persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el objeto «ascensor» se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese pensamiento- objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en el ámbito de la psicología como «fobia» o «miedo».

Todos los hábitos y adicciones operan con la misma mecánica. Un miedo (a no dormir, a hablar en público, a enamorarse) puede hacer que recurramos a una pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo. El objetivo inconsciente es «engañar» a nuestras células con otra emoción diferente, generalmente, algo que nos excite, «distrayéndonos» del miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo nos conectará, inevitablemente, con la «solución», es decir, con la adicción. Detrás de cada adicción (drogas, personas, bebida, juego, sexo, televisión) hay pues un miedo insertado en la memoria celular.

La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el «pasaje a la liberación». Porque, como ha demostrado el Instituto Tecnológico de Massachussets en sus investigaciones con lamas budistas en estado de meditación, nuestro cerebro está permanentemente rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones.
Mente creadora

Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: «cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula». Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios. .. y cada uno de nosotros está compuestos de millones de átomos.

Traducido al ámbito de la vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra Realidad es, hasta cierto punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.

La realidad molecular

Los sorprendentes experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de agua han abierto una increíble puerta a la posibilidad de que nuestra mente sea capaz de crear la Realidad. «Armado» de un potente microscopio electrónico con una diminuta cámara, Emoto fotografió las moléculas procedentes de aguas contaminadas y de manantial. Las metió en una cámara frigorífica para que se helaran y así, consiguió fotografiarlas. Lo que encontró fue que las aguas puras creaban cristales de una belleza inconmensurable, mientras que las sucias, sólo provocaban caos. Más tarde, procedió a colocar palabras como «Amor» o «Te odio», encontrando un efecto similar: el amor provocaba formas moleculares bellas mientras que el odio, generaba caos.

Por último, probó a colocar música relajante, música folk y música thrash metal, con el resultado del caos que se pudieron ver en las fotografías.

La explicación biológica a este fenómeno es que los átomos que componen las moléculas (en este caso, los dos pequeños de Hidrógeno y uno grande de Oxígeno) se pueden ordenar de diferentes maneras: armoniosa o caóticamente. Si tenemos en cuenta que el 80% de nuestro cuerpo es agua, entenderemos cómo nuestras emociones, nuestras palabras y hasta la música que escuchamos, influyen en que nuestra realidad sea más o menos armoniosa. Nuestra estructura interna está reaccionando a todos los estímulos exteriores, reorganizando los átomos de las moléculas.

El valioso vacío atómico

Aunque ya los filósofos griegos especularon con su existencia, el átomo es una realidad científica desde principios de siglo XX. La física atómica dio paso a la teoría de la relatividad y de ahí, a la física cuántica. En las escuelas de todo el mundo se enseña hoy día que el átomo está compuesto de partículas de signo positivo (protones) y neutras (neutrones) en su núcleo y de signo negativo (electrones) girando a su alrededor. Su organización recuerda extraordinariamente a la del Universo, unos electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y neutrones). Lo que la mayoría desconocíamos es que la materia de la que se componen los átomos es prácticamente inexistente. En palabras de William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia en la universidad de Stanford, «la materia no es estática y predecible. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el
resto es vacío».

En otras palabras, que el átomo no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que pensábamos. El físico Amit Goswani es rotundo: «Heinsenberg, el codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser ignorado».
¿Qué realidad prefieres?
El ya famoso experimento con la molécula de fullerano del doctor Anton Zeillinger, en la Universidad de Viena, testificó que los átomos de la molécula de fullerano (estructura atómica que tiene 60 átomos de cárbón) eran capaces de pasar por dos agujeros simultáneamente. Este experimento «de ciencia ficción» se realiza hoy día con normalidad en laboratorios de todo el mundo con partículas que han llegado a ser fotografiadas. La realidad de la bilocación, es decir, que «algo» pueda estar en dos lugares al mismo tiempo, es algo ya de dominio público, al menos en el ámbito de la ciencia más innovadora. Jeffrey Satinover, ex presidente de la fundación Jung de la universidad de Harvard y autor de libros como «El cerebro cuántico» y «El ser vacío», lo explica así: «ahora mismo, puedes ver en numerosos laboratorios de Estados Unidos, objetos suficientemente grandes para el ojo humano, que están en dos lugares al mismo tiempo, e incluso se
les puede sacar fotografías. Yo creo que mucha gente pensará que los científicos nos hemos vuelto locos, pero la realidad es así, y es algo que todavía no podemos explicar».

Quizás porque algunos piensen que la gente «de a pie» no va a comprender estos experimentos, los científicos todavía no han conseguido alertar a la población de las magníficas implicaciones que eso conlleva para nuestras vidas, aunque las teorías anejas sí forman parte ya del dominio de la ciencia divulgativa.

Seguramente la teoría de los universos paralelos, origen de la de la «superposició n cuántica», es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a decir es que la Realidad es un número «n» de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos («yo sí puedo», «yo no puedo») de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades- ondas, claro).

En realidad, los descubrimientos de la física cuántica vienen siendo experimentados por seres humanos desde hace milenios, concretamente, en el ámbito de la espiritualidad. Según el investigador de los manuscritos del Mar Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen, perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual. En su libro «El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de al oración y la plegaria», Braden asegura que su manera de rezar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían. En lugar de pedir a Dios «algo», los esenios visualizaban que aquello que pedían ya se había cumplido, una técnica calcada de la que hoy se utiliza en el deporte de alta competición, sin ir más lejos. Seguramente, muchos han visto en los campeonatos de atletismo cómo los saltadores de altura o pértiga realizan ejercicios de simulación del salto: interiormente se visualizan a sí
mismos, ni más ni menos que realizando la proeza. Esta técnica procede del ámbito de la psicología deportiva, que ha desarrollado técnicas a su vez recogidas del acervo de las filosofías orientales. La moderna Programación Neurolingüística, usada en el ámbito de la publicidad, las relaciones públicas y de la empresa en general, coincide en recurrir al tiempo presente y a la afirmación como vehículo para la consecución de los logros. La palabra sería un paso más adelante en la creación de la Realidad , por lo que tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna manera, estamos atrayendo esa realidad..
La búsqueda científica del alma

En las últimas décadas, los experimentos en el campo de la neurología han ido encaminados a encontrar donde reside la conciencia. Fred Alan Wolf, doctor en física por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica así en «¿Y tú qué sabes?» de la que se espera la segunda parte en pocos meses: «Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro, nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa sensacion de ser el observador». En palabras de este científico, las puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par: «Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es el observador».

Hoy recuperadas por la física cuántica, muchas de estas afirmaciones eran conocidas en la Antigüedad , como en el caso del «Catecismo de la química superior», de Karl von Eckartshausen.

Cuadro 1 – Nuestro cerebro: un ordenador que procesa información

A cada segundo, en una vida como la moderna llena de estímulos: nos bombardean enormes cantidades de información. El cerebro solo procesa una mínima cantidad de ella: 400 mil millones de bits de información por segundo. Los estudios científicos han demostrado que sólo somos conscientes de 2.000 mil de esos bits, referidos al medio ambiente, el tiempo y nuestro cuerpo. Así pues, lo que consideramos la Realidad , es decir, aquello que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad está ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?

A través de nuestras creencias: El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada información que recibimos del exterior se procesa desde las experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos errores.

Cuadro 2: Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento

El cerebro crea esas redes a partir de la memoria: ideas, sentimientos, emociones. Cada asociación de ideas o hechos, incuba un pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en recuerdos por medio de la memoria asociativa. A una sensación o emoción similar, reaparecerá ese recuerdo en forma de idea o pensamiento. Hay gente que conecta «amor» con «decepción» o «engaño», así que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la emoción correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira, dolor, rabia, etc. Según Joe Dispenza «si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a «observar» nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe». Así pues, aprender a «ver» esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la conciencia.

Cuadro 3: La mecánica de la erección

La mejor metáfora del pensamiento creador es el miembro masculino. Una sola fantasía sexual, es decir, un pensamiento erótico, es capaz de producir una erección, con toda la variedad de glándulas endocrinas y hormonas que participan en ello. Nada hay fuera de la mente del hombre pero, sin embargo, se produce un torbellino hormonal que desemboca en un hecho físico palpable. En el lado femenino, también el poder del pensamiento asociado al erotismo se convierte a menudo en hechos físicos, demostrando la capacidad del pensamiento para crear situaciones placenteras. .. o adictivas. Los más firmes defensores del poder de la visualización llegan a proponer que se puede obtener a través de ella casi todo lo que deseamos.

¿QUE ES UNA ONDA DE FORMA?

Muchos científicos y físicos cuánticos reconoce el poder de transmisión en cualquier forma simple geométrica o como un diseño ondulado de un rastro de energía, es un ONDA DE FORMA simple. Puede tener un patrón geométrico o puede ser un gesto de pincel simple como una onda que contiene el significado completo, la intención y la energía de un momento dado de intensidad mientras da forma a la realidad y puede tener en su ser todas las cualidades que lo crearon. Es una semilla de fractal energético que dada la situación correcta continuará su crecimiento y multiplicándose. Éstas son modelos y formas que crean la energía y transmiten los patrones específicos, del pensamiento, nosotros hemos estado usándolos en los templos, las iglesias, logotipos, publicidad y podemos reconocer inmediatamente la armonía y desarmonia en ellos. Ciertos modelos de la geometría sagrada parecen actuar recíprocamente con su entorno armonizando y
estabilizando sus moléculas, como si organizara los átomos y electrones. Puede significar que un cierto diseño de geometría YANTRA de ENERGÍA puede polarizar las partículas e incluso podría purificar el agua, aumentando las cualidades y la armonía en su entorno.

Por Kether – 21 de Enero, 2008
Publicado en Renacer al Amor Evolucionando Grupos Yahoo.


Las realidades cuánticas y moleculares

6 septiembre 2008

¿Qué es la realidad?, ¿ Como la definimos?, ¿Cuántas realidades hay?, ¿cada uno tiene su propia realidad?, ¿la realidad de Dios, en la misma para todos?, ¿ todas las realidades juntas, forman la realidad de Dios?. La realidad va en función de la percepción que se tenga de ella, y esta forma parte de la Conciencia. Nuestra conciencia actual es un condicionamiento de nuestra visión del mundo actual y colectivo, es la que nos enseñáron nuestros padres, maestros, la sociedad, gobierno y religiones. A esta manera de ver y entender el mundo, pertenece el antiguo paradigma. Se conoce como acondicionamiento social, a la hipnosis de acondicionamiento, función inducida en la que todos acabamos acordando participar, y a eso hay que sumarle la herencia de nuestros ancestros, y toda la Genética incluida en la codificación de nuestro ADN, (programación anexa a nuestro sistema operativo.) El mundo físico, incluido nuestro cuerpo, es una reacción del observador. Creamos el cuerpo según creamos la experiencia de nuestro mundo. En su estado esencial (microcósmico), el cuerpo está formado de energía e información, y no de materia sólida. Esta energía e información, surge de los infinitos campos de energía e información que abarcan todos los universos. La mente y sus cuerpos, desde el físico hasta el espiritual y sus múltiples manifestaciones multidimensionales, son inseparablemente uno, o sea la unidad YO SOY. Esta unidad Yo Soy, la separarémos en dos corrientes de experiencia. La experimentamos primero como corriente subjetiva, como pensamientos, ideas, sentimientos, deseos y emociones. La corriente objetiva la experimentamos como el cuerpo físico, mas sin embargo en un plano mas profundo, las dos corrientes se encuentran en una sola fuente creativa, y es a partir de esta , desde donde realmente nos manifestamos y tenemos nuestro ser. La bioquímica del cuerpo es un producto de la conciencia, las creencias, los sentimientos, las emociones, los pensamientos e ideas, crean reacciones que sostienen la vida en cada célula. La percepción parece como algo automático, pero esto es un fenómeno aprendido, si cambias tu percepción, cambias la experiencia de tu , y por ende de tu mundo. Hay impulsos de inteligencia que crean tus cuerpos de formas nuevas cada segundo. Lo que éres equivale a la suma total de estos impulsos cuánticos, y al cambiar estos esquemas, cambias tu. Aunque cada persona parezca separada e independiente, todos estamos conectados a patrones de la inteligencia universal, (sistema operativo de la mente central de los universos, «Dios»), que gobiernan el Cosmos entero. Nuestro cuerpo es parte de un Cuerpo Universal. Nuestras mentes son parte de la Mente Universal. El Tiempo existe solo como eternidad, el tiempo es Eternidad Cuantificada, es á temporalidad cortada por nosotros, en trozos o fragmentos, de tiempo que llamamos días, horas, minutos, y segundos. Lo que llamamos tiempo lineal es solo un reflejo de nuestro modo de percibir los sucesos o los cambios en que nos vemos envuelto en nuestro limitado sistema perceptual . Si se pudiera percibir lo inmutable, el tiempo dejaría de existir tal como lo conocemos. Podemos empezar por aprender, a concebir y metabolizar lo Inmutable, la Eternidad, lo Absoluto, al hacerlo, estáremos listos para crear la fisiología de la Inmortalidad. Al mirar el Microscopio electrónico, (Microcosmos) vemos como las partículas cuánticas se mueven, (virtualmente) a la velocidad de la luz, y si volteamos al cielo y miramos las Estrellas, veremos la inmutabilidad del Macrocosmos. Cada uno habita en una realidad que se encuentra mas allá de todo cambio. En lo más profundo de nosotros, sin que lo sepan nuestros sentidos externos tridimensionales o físicos, existe un intimo núcleo del ser, un campo de inmortalidad, que crea la personalidad, él yo y el cuerpo. Este ser es nuestro estado esencial, es nuestra esencia (Alma), es quien realmente sómos. Somos Almas en este inmutable escenario eterno. Esta es la semilla base del nuevo paradigma, que fue planteada por Max Planck, J. Clerk Maxwell, Faraday, Heisemberg, schrödinger, Bohor, Einstein, S. Hawking, entre otros pioneros de la Física cuántica. Ellos comprendieron que el modo aceptado de ver el mundo era falso, Eres mas que tu limitado cuerpo, tu yo y tu personalidad (la actual.) Las reglas de causa y efecto, tal como las aceptas, te han metido en el volumen de un cuerpo, y la duración de la vida humana. En realidad, el campo de la vida humana es abierto e ilimitado en su más profundo plano. Tu cuerpo carece de edad y tu mente de tiempo. Una vez que te identifiques con esa realidad, que es congruente con la visión cuántica del universo, entraras en el nuevo paradigma, y tu conciencia, sé expandera, cósmica y cuánticamente en fractales radiales exponenciales y dimensiónales. Estarás modificando conciente-mente tu programa interno, o sistema operativo propio. El tiempo y el espacio son producto de nuestros limitados sentidos y percepción que abarcan solo la llamada tercera dimensión. Cada partícula sólida del Universo resulta ser un fantasmal manojo de energía, que vibra en un inmenso vacío, (éter.) El campo cuántico no está separado de nosotros, «es nosotros», es ahí donde la naturaleza crea Estrellas, Galaxias, Leptones, Quarks, entre otros. Nosotros nos estamos creando a nosotros mismos a cada instante, con una inmensa creatividad. El cuerpo humano así como todo el Cosmos, es creado y recreado a cada instante. El cuerpo es un organismo fluyente potenciado, por millones de años de inteligencia, y esta inteligencia está dedicada a supervisar a cada instante, el cambio constante que tiene lugar dentro de uno. Cada célula es una terminal en miniatura conectada al Ordenador Cósmico, o Mente Universal que llamamos Dios. Las células de un bebé son nuevas pero los átomos que la conforman no, estos han estado circulando por el universo por miles de millones de años, pero el bebé es nuevo, a merced de la inteligencia invisible (alma) que se le ha unido para moldear una nueva forma de vida única. El campo atemporal ha inventado un nuevo paso de baile, los ritmos palpitantes del recién nacido, a cada segundo en cada una de sus células se reproducen aprox. séis billones de reacciones, todas ellas controladas por esa inteligencia única llamada Alma o esencia, con su propio sistema operativo. La física cuántica nos dice que no hay finales para la danza cósmica. El campo de energía e información de la Inteligencia Universal, nunca deja de transformarse, tornándose nuevo a cada instante. Nuestro cuerpo obedece a ese mismo impulso creativo a fin de mantener la vida. El cuerpo debe de mantenerse en constante cambio, la piel se renueva una vez al mes, el hígado cada seis semanas, el esqueleto cada tres meses, así que al final del año el 98% del cuerpo se ha renovado, desde las células hasta los átomos. El cuerpo a partir de los treinta años, al paso del 1 % anual, la información que pasa de célula a célula, lleva un error, lo que provoca el envejecimiento, tanto por la falta de energía provocando el desfasamiento o des sincronización de los ritmos y frecuencias armónicas, conque nos reconstituimos provenientes del Sol y la Galaxia. La ciencia física ha avanzado al punto en que los antiguos conocimientos de nuestros maestros místicos ya se pueden comprobar. Las enseñanzas espirituales por fin tienen explicación, sin dejar de ser lo milagroso que siempre se les ha considerado. Eduard Shure dijo » llegará el día en que ciencia, tecnología, religión, espiritualidad y misticismo se den la mano y se den cuenta que son lo mísmo. No hay un mundo independiente del observador, percibimos como una semilla es dura en apariencia pero para un leptón, neutrino, no lo es, este la atraviesa sin inmutarse, porque para una partícula sub atómica, los átomos de la silla están tan separados en proporción a su tamaño, por miles de kilómetros. La silla, la ves inmóvil, si la ves desde dos metros de distancia, pero si te sitúas desde el espacio exterior esta, se mueve a 1,600km por hora en rotación al Planeta, y a 27,000 kms. por hora por la traslación del Planeta sobre el Sol, etc. Etc. Vemos que la quietud es solo en apariencia, es solo una ilusión. Cualesquier descripción de la silla la puedes cambiar, si es roja la cambias a negra, sí la ves a travéz de un cristal verde. Si pesa tres kilos en la tierra, ponla en la superficie de la luna y pesará la sexta parte por efectos de la Gravedad. No hay cualidades absolutas en el mundo de la materia, ya que cada quién tiene su propia percepción de las cosas, es falso decir que existe un mundo independiente. El mundo es un reflejo del aparato sensorial que lo registra, el sistema nervioso humano solo capta una insignificante fracción de energía (menos de una parte por mil millones), que vibra en el medio cuántico. Un murciélago percibe un mundo de ultrasonido, superior al que percibe el oído humano ( mas de 20, 000 ciclos por segundo.) La serpiente percibe un mundo de luz infrarroja, ( espectro de luz por debajo del que percibe el ojo humano.) Las abejas perciben un mundo de Luz en las frecuencias Ultravioleta que son una octava más alta que las que percibe el ojo humano. Afuera solo hay datos de luz e información inteligente esperando ser interpretados por ti, el que percibe. Tomas una sopa cuántica, en flujo radicalmente ambigua, y utilizas los sentidos para congelarla, la bajas de frecuencia para cristalizarla en formas geométricas, utilizando los campos magnéticos, según la Geometría sagrada y la inteligencia creadora. Para convertirla en un sólido tridimensional. Por increíble que parezca tu puedes cambiar tu mundo, incluyendo tu cuerpo, siempre y cuando cambies tu percepción. El poder procesar las desordenadas y caóticas vibraciones en bruto de la sopa cuántica, convirtiéndolas en fragmentos de realidad significativa y ordenadas, abre enormes posibilidades creativas, sin embargo estas solo existen sí se tiene conciencia de ellas, en este instante una enorme porción de tu conciencia se dedica a crear tu cuerpo, sin participación tuya, con lo que llamamos sistema nervioso autónomo involuntario o programa subconsciente. Este fue diseñado para manejar las funciones que han escapado a tu limitada conciencia objetiva o programa conciente . Todas las funciones involuntarias como el latir del corazón, pertenecen al programa subconsciente, pero estas, al hacerlo conciente por medio del intento y la decisión firme, teniendo acceso a los candados súb concientes, puedes cambiar la programación y permitirte cosas que desafían las leyes establecidas por los paradigmas antiguos. Si tanto los animales como los humanos tenemos la misma base genética de ADN, porque? la abeja si puede percibir las frecuencias de luz Ultravioletas y el humano no, porque? un pulpo si puede regenerar los tentáculos cortados, y el humano no, porque, el cangrejo de «cazo» que es un fósil viviente de mas de 400 millones de años sin evolucionar, tiene un sistema inmunológico mas eficaz que el del humano que le ha permitido vivir por tanto tiempo si sufrir mutaciones ni desaparecer. La programación inicial fue puesta desde que nos crearon, como la doceava biblioteca genética viviente y ahí los Siriános nos dejaron un programa muy pobre, después fue modificado tanto la genética como la configuración morfológica por los Pleyadeános de Nibiru, léase Enki y Ninhursag, que dieron origen al homo sápiens, para que después de otra apertura de genes por parte de Enki, nos permitió mas conciencia, covirtiendonos en los llamados, homo sapiens sapiens. Una de las realidades del nuevo paradigma dice que nuestro cuerpo está compuesto de Energía e información inteligente, aunque parezca estar compuesto de materia sólida, esta se puede descomponer en órganos, estos, en tejidos, estos en células, estas en moléculas, y estas en átomos, que a su vez se decomponen en partículas elementales virtuales como los leptones y Quarks que a su vez aunque los científicos no conocen mas, se sigue la cadena hacia abajo, hasta llegar al punto Cesna o punto de luz primordial de la fuente primigenia. La física cuántica afirma que cada átomo es 99.999999% de espacio llamado vacío. Que las partículas sub atómicas que se mueven a la velocidad de la Luz por ese espacio, son manojos de energía vibrante, y sin embargo estas no se producen al azhar y sin significado, por el contrario estas portan información (inteligencia) y así un grupo de vibraciones con orden y sentido, en determinada frecuencia, ritmo y tono, se puede codificar como átomos desde el hidrógeno hasta los mas pesados como el elemento 116. Cada uno tiene sus propios códigos abstractos, que vibran en la gran sopa cuántica, que algunos llaman la rejilla cósmica o las ondas portadoras del gran enrejado cósmico. Los amigos de las estrellas nos instruyen diciéndonos que más abajo de las partículas sub átomicas se encuentran a una escala muy interior los mesones que son formados por partónes que a su vez son formados por, ramas, cadenas, tetraedros, triaedros, miriadas, mesocarpines, isocarpines, carpines hasta llegar al punto Cesna o punto de luz primordial. Todo esto se disuelve en el espacio llamado vacío. Este vacío misteriosamente está impreso con información inteligente que aun antes de manifestarse ya la contiene en estado latente o potencial, este es el campo cuántico que configura al ser llamado humano y a toda la materia de los Universos. Así como en tu memoria existen millones de palabras, ideas, conceptos, sin que los manifiestes, en el campo cuántico del Universo, está toda la información contenida de manera inexpresada. Por lo tanto, la materia esencial del universo como tu cuerpo es «no-materia», «no-materia pensante», inteligente en diferentes grados de conciencia, tanto sub conciente, conciente y supra conciente con sus sub divisiones. El vacío que palpita (éter, prána, espiriítu, ki, chi, pua, etc.) existe en cada átomo de tu cuerpo y del universo. La mente e inteligencia está contenída ahí, y todo está lleno de inteligencia invisible. Los genetistas localizan está inteligencia en el acomodo de las moléculas del ADN, tales como la Adenina, Guanina, Timina y Citosina, formando el código genético, de la llamada vida, aunque esta es solo una de las manifestaciones de la inteligencia invisible y verdadera. De la sopa cuántica, en donde tenemos nuestro ser y en donde realmente existimos (la llamada mente Universal o Dios. La vida se despliega trí dimensionalmente a medida de que el ADN imparte su inteligencia, como ordenes a millones de enzimas para que estas produzcan las cadenas de proteínas que se necesitan para realizar las funciones orgánicas. En cada punto de está secuencia, es preciso intercambiar energía e información, de lo contrario, no se podría construir vida a partir de materia inerte. El viento Solar y Galáctico nos trae información e inteligencia en ese flujo de partículas sub atómicas, llamadas neutrinos, estas vienen sostenidas por la onda portadora, de la rejilla de energía cósmica.. Por consiguiente a cual realidad nos referimos cuando hablamos de la realidad, si no es esta la única que es capaz de percibir nuestros sentidos limitados por los programas a nivel sub conciente. A cual realidad nos referimos si esta, está limitada por los programas, acondicionadores que hemos aceptado por nuestras creencias y flojera mental para discernir sobre los diversos temas. A cual realidad nos referimos si esta, está limitada por nuestros sentimientos, emociones y deseos. A cual realidad nos referimos si esta, está limitada por nuestro limitado nivel de conciencia. Esta realidad cambiará en la medida de irnos permitiendo mas libertad de pensamiento, sentimiento, emoción, de permitirnos la posibilidad de que nuestros sentidos y mente nos muestran solo un limitado Universo y aspecto del total. De que mientras más abramos la conciencia otras realidades se nos mostraran y así irnos acercando mas a la realidad Universal en la que todos vamos a coincidir.


POR LAS VENAS CORRE ¡LUZ!

6 septiembre 2008

Los seres humanos estamos hechos de agua, sí, pero de un agua muy especial compuesta de cristales líquidos en forma de clatratos que permiten que la luz -y, por ende, la energía- viaje a velocidades increíbles por nuestro organismo transmitiendo información. Y según la doctora mexicana Esther del Río su pérdida es una de las principales causas de enfermedad por lo que su restitución permite recuperar la salud. Las impresionantes curas que ha obtenido así en patologías tan graves como el cáncer parecen darle la razón. Se trata de un descubrimiento trascendental que les contamos en detalle.

El 75% del peso de un adulto es «agua» (un 90% en el caso del cerebro) pero al nacer esa proporción era del 90-95% mientras en la senectud apenas llegará al 60-65%. Lo que implica que a medida que envejecemos nos «secamos». Por tanto, siendo el agua el caldo imprescindible donde la vida se manifiesta lo razonable sería colegir que en pleno siglo XXI conociéramos ya todos sus secretos. ¿Es así? Pues no; nada más alejado de la realidad.
Obviamente conocemos muchas cosas del agua. Sabemos, por ejemplo, que las moléculas que la componen son dipolares y están constituidas por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Y que se trata de una sustancia con propiedades únicas, inusuales y no esperadas en una molécula tan sencilla. De hecho se trata del solvente universal por excelencia. Es decir, el medio en el que se disuelven casi todas las sustancias teniendo lugar en su seno innumerables reacciones químicas fundamentales para el metabolismo de los seres vivos. Algo que es posible merced a su polaridad y conductividad eléctrica (una vez más la energía como base de la vida). Es por ello muy importante en la estabilización del clima dada la gran cantidad de calor que puede almacenarse en el agua del mar. Además, dependiendo de la temperatura y la presión, puede cambiar fácilmente de estado. De ahí que podamos verla como líquido en el río o el mar, como sólido en un iceberg o como gas en la atmósfera.
Sabemos igualmente que en el organismo el agua intracelular representa un 50% de la masa corporal magra y el agua extracelular un 20%, porcentaje que se reparte entre el líquido intersticial (15%) y el líquido circulante (5%). Y sabemos igualmente que el agua se puede activar, energetizar, dinamizar, indumizar, oxigenar, ozonizar, mesmerizar, cromatizar, solarizar, sonorizar, ionizar, imantar, polarizar, magnetizar… Ahora bien, ¿significa todo esto que se dispone actualmente de una imagen definitiva de la estructura del agua? La respuesta es NO.
Ciertamente se han propuesto numerosos modelos de la estructura del agua pero ninguno es satisfactorio porque no explican plenamente todas sus propiedades. De ahí que los trabajos de la bioquímica mexicana Esther del Río adquieran especial relevancia. Y es que sus estudios sobre la naturaleza del agua, su afirmación sobre la existencia de moléculas de cristal líquido en el agua interna del cuerpo y la relación de la misma con una red magnética que abarca todo el organismo explicaría la rapidez de las respuestas biológicas a nivel celular aportando además una herramienta práctica para el cuidado de la salud y la lucha contra la vejez. Es más, su propuesta dotaría de base científica a las terapias naturales energéticas.

MOLÉCULAS DE CRISTAL LÍQUIDO
Hablamos de alguien que comenzó hace ya casi 40 años -en 1968- dos proyectos de investigación que han avanzado en paralelo estas últimas décadas. El primero de ellos trataba de encontrar respuesta a cómo en los organismos pueden producirse intercambios de señales en millonésimas de segundo cuando la aparente estructura del agua de la que mayoritariamente están compuestos no debiera posibilitar semejantes velocidades en las respuestas biológicas. «El hecho -afirma Del Río- de que todo organismo esté formado por protoplasma, sustancia vital que se caracteriza por movimiento y respuesta en millonésimas de segundo, nos hizo pensar que el líquido que lo conforma pudiera tener otra estructura molecular que operara en ese tiempo. El agua -H2 O- es una sustancia de características químicas sui generis debido a la bipolaridad de su molécula y como resultado de ello es el mejor solvente del mundo. Tiene además otras características idóneas para resguardar la vida. Pero en lo que se refiere a su conductividad no es del mismo orden de respuesta que el protoplasma. Así que decidimos iniciar la búsqueda en la estructura molecular del agua del mecanismo que permite que esa respuesta se produzca en millonésimas de segundo».
La doctora Del Río nos contaría luego que desarrolló su modelo a partir de los trabajos sobre la estructura del agua de Linus Pauling quien ya en la década de los 50 del pasado XX, utilizando un aparato de difracción de rayos X, formuló la teoría de que las moléculas de agua podían presentarse unidas formando un dodeicosaedro de caras hexagonales y pentagonales a las que llamó clatratos. Un clatrato (del latín clathratus que significa «rodeado o protegido por vallas o verjas») es una sustancia en la que un componente cristaliza en una estructura muy abierta que contiene huecos o túneles en los que pueden estar atrapados los átomos o moléculas pequeñas de un segundo componente. Pauling apuntó que cada clatrato está formado por 32 caras externas y una pirámide de 4 triángulos equiláteros sobre la base de un cuadrado. En total pues 37 (que guardan las 37 moléculas de agua). También observó que eran inestables -se forman y se destruyen a la 10-11 s. (10 a la menos 11 segundos) pasando por un intervalo en donde las 32 caras forman 4 octaedros para volverse a agrupar inmediatamente en clatratos.
«La propuesta de nuestro proyecto -nos diría Esther Del Río- es que el agua de nuestros tejidos es en su mayor parte cristal líquido en forma de clatrato (H2O)37; es decir, un estado intermedio de la materia (mesomórfico), estable y que por ser cristal líquido conserva las propiedades de los líquidos más las propiedades de los cristales ópticos; y lo más importante: es capaz de guardar memoria».
En pocas palabras, los cristales líquidos mantienen todas las propiedades de movimiento de los líquidos, las propiedades ópticas de los cristales sólidos, sirven como unidades de almacenamiento de memoria y responden a diferentes longitudes de onda vibratoria. Todo lo cual les permite codificar y recodificar información en millonésimas de segundo. De hecho las propiedades de los cristales líquidos han sido la base de los inventos más importantes del siglo XX y parte del XXI. Gracias a sus propiedades el desarrollo de la informática actual nos ha llevado a los ordenadores, los láser, las pantallas de plasma, los móviles, los satélites artificiales, las naves espaciales, los telescopios, los microscopios electrónicos y toda la informática capaz de registrar, guardar, ordenar datos, codificar programas, etc. «Por eso mismo -señala Esther Del Río- al incorporar este concepto confirmamos que somos el mejor ordenador del mundo y que toda célula se comunica a través de una pantalla de cristal liquido capturando y mandando hologramas que pueden ser codificados» (el subrayado es nuestro) .
Las moléculas de cristal líquido capaces de reaccionar a pequeñas modificaciones de energía codificando y transmitiendo longitudes de onda -trabajando como una unidad de memoria o microchips- serían así el vehículo ideal para transmitir a velocidades inimaginables la información electromagnética. Energía que ha sido identificada por las culturas ancestrales con diversos nombres -Chi (en la cultura china), Ki (en la cultura japonesa) y Kundalini y Prana (en la hindú)- y que investigadores como el profesor F. A Popp -de la Universidad de Kaiserslautern (Alemania)- sostienen llega a través de biofotones.
«Los biofotones -explica Popp- posibilitan una herramienta poderosa para comprender la salud y la enfermedad desde el punto de vista de la comunicación interior y exterior celular dentro del sistema vivo bajo investigación, una fuente de información saludable electromagnética». Pues bien, esta luz, estas ondas lumínicas, tendrían en el cristal líquido -tal y como ha sido definido por la doctora Del Río- el material ideal para constituir «canales biofotónicos» entre las distintas partes del cuerpo. La luz correría pues por nuestras «venas electromagnéticas» llevando su información de una parte a otra del organismo.
Esta explicación de la bioquímica mexicana respaldaría por cierto los postulados del científico soviético Peter P. Gariaev -del Institute Control of Sciences Russian de la Academia de las Ciencias de Moscú- que considera el ADN un bioordenador capaz de recoger y transmitir información de su entorno a través de ondas a partir de las cuales pueden modificarse los patrones de comportamiento de las células.
«La propuesta del agua como cristal liquido dentro de los tejidos en su estructura de (H2O) 37 -señala en sus escritos Del Río- es la única que satisface la transmisión de la información -tanto eléctrica como electromagnética, interna o externa- de todo organismo vivo. Esta posibilidad quedó confirmada cuando en la segunda investigación descubrimos una red ferroso-férrica conformada por macromoléculas de hierro ferroso-férricas en sus formas cristalinas romboides y tetraédricas que trabaja intermitentemente produciendo energía electromagnética por diferencia de potencial. Tanto los cristales líquidos como la red ferroso-férrica conforman un sistema de información en donde cada macromolécula de hierro funciona como un microcampo magnético rodeado de agua cristal líquido (H2O)37 y otros elementos alcalinotérreos y metaloides».

EL CUERPO FÉRRICO
Las macromoléculas de hierro serían descubiertas en 1974 por el grupo de investigación de la Dra. Del Río y su descubrimiento presentado en 1984 durante el congreso de la Academia de Medicina y Homeopatía celebrado ese año en México. Y en 1986 dio a conocer su trabajo aunque sólo a nivel nacional. Posteriormente, en 1989, J. L. Kirschvink encontraría magnetitas en el cerebro de los animales responsabilizándolas de su orientación hacia los ejes magnéticos de la Tierra, descubrimiento que complementaría tres años después al descubrir magnetitas en el cerebro humano con morfología de cristales.
Bueno, pues esas partículas magnéticas -según los trabajos mexicanos- pueden tener forma esférica o piramidal y su distribución no es uniforme. Son mayores que una célula, se encuentran intermitentemente, reaccionan oxidándose y reduciéndose, y cuando una se oxida y otra se reduce se forman diferencias de potencial y, por ende, una corriente electromagnética de tal manera que todo nuestro cuerpo esta nutrido de corrientes electromagnéticas que, a su vez, forman dentro del organismo una barrera de protección contra cualquier desequilibrio bioquímico. También han averiguado que en el centro del cuerpo son más densas y hacia el exterior se presentan de forma más aisladas. Y que sus emisiones electromagnéticas pueden ser en línea o helicoidales.
«Cabe destacar que estas macromoléculas de hierro oxidadas y reducidas -afirma Del Río- se encuentran más densas en el centro del cuerpo conformando un eje que corre enfrente de la columna vertebral donde se destaca la presencia de esferas compuestas de macromoléculas reducidas y oxidadas con una velocidad de intermitencia más fuerte por el rebote de las energías producidas las cuales tienen movimientos helicoidales hacia arriba y debajo de este eje. Estas esferas magnéticas nos recuerdan a los chacras o centros de energía que fueron expresados en un principio en libros muy antiguos y después retomados por los vedas».
Hay que decir que esta aparente confirmación de la existencia de los chacras -puente entre la ciencia de vanguardia actual y el conocimiento transmitido a través de los milenarios textos desde Oriente- es uno de los elementos más sorprendentes y apasionantes de los trabajos de la doctora Del Río.
«Esa red compuesta de microcampos magnéticos -explica la bioquímica mexicana- ha sido vista a través de aparatos de rayos X modificados con electroimanes pudiéndose observar el cuerpo lleno de luces fluorescentes e intermitentes con densidades de magnetitas abundantes en donde se encuentran las glándulas mas importantes del cuerpo coincidentes con los sitios en donde se han mencionado la existencia de chacras. En conclusión, cada chacra está conformado por miles de magnetitas ferroso-férricas formando verdaderas esferas. Y es importante mencionar que estas esferas se encuentran en los lugares donde están las glándulas más importantes del cuerpo así como también son coincidentes con lo expresado en estos libros. Tales centros de energía son 7 y se localizan en los órganos sexuales, en las suprarrenales, entre el hígado y el páncreas, en el timo, en la tiroides, en la pineal y en la hipófisis. De ahí podemos deducir que este orden magnético protege al orden bioquímico a través de los cristales líquidos de los chacras y las glándulas».
Ante ello Esther Del Río no tiene ningún inconveniente en reconocer la existencia de un ser humano integrado por tres cuerpos -cuerpo magnético, cuerpo bioquímico y cuerpo mental- conectados a una conciencia superior. El cuerpo magnético, según sus planteamientos, protegería la bioquímica celular ya que esta red es la responsable de la producción de energía electromagnética que, como una tela de araña, atrapa los cristales líquidos que guardan y codifican la información como pantalla de cristal líquido.
«Los cristales líquidos -explica- pueden quedar en forma coloidal dentro de las células entre las hélices del ADN o bien entre los aminoácidos de las proteínas que conforman el tejido conjuntivo que es el tejido que contiene más agua cristal líquido (80%). Aquí observamos que los impulsos electromagnéticos están también involucrados en esta red de información ya que la célula queda inmersa en un campo magnético y ello nos permite proponer un trabajo de enlace entre la energía electromagnética producida por los seres vivos y el exterior como una gran antena parabólica que recibe información y emite longitudes de onda fuera del cuerpo en pulsos intermitentes en diferentes niveles de energía; eso podría ser el aura electromagnética. A la vez explica el trabajo de nuestro sistema magnético como el de una bobina cuyo centro es más denso con producción de energía helicoidal y hacia el exterior menos denso con energía en línea conformando los meridianos que son utilizados en la Medicina Tradicional China y en otras terapias holísticas».
En resumen, sus investigaciones la han llevado a concluir que toda célula requiere de cristales líquidos para la transmisión de sus mensajes, que toda información interior es guardada en la estructura cerebral correspondiente a través de cristales líquidos y que el organismo es como una gran computadora con pantalla de cristal líquido.

APLICACIONES TERAPÉUTICAS
Consecuentemente, para Esther Del Río la salud no es sino un estado de equilibrio entre el cuerpo magnético y el cuerpo bioquímico en el que tanto el cuerpo férrico como las moléculas de cristal líquido juegan un papel básico. Precisamente cuando nuestra red magnética se desorienta o destruye por causas externas e internas el cuerpo magnético es cuando comienza a desarrollarse la enfermedad. Encontrándose entre las externas la contaminación ambiental, la contaminación alimenticia y las radiaciones ionizantes, entre otros factores. Y entre las internas las emociones, el estrés, la genética, etc. Pues bien, para reordenar la red magnética y corregir el campo magnético pulsante interno y externo del cuerpo a fin de evitar el fallo bioquímico tendría perfecta justificación -siempre según los investigadores mexicanos- el uso de cualquier terapia holística que incluya la aplicación de campos magnéticos pulsantes regulados de forma general o bien en forma particular mediante técnicas de biomagnetismo; acupuntura, aromaterapia o cualquiera de las terapias que trabajan equilibrando la energía.
Lógicamente si el cuerpo magnético no transmite correctamente a las células la información vibracional adecuada a través de las moléculas de cristal líquido para la realización de sus procesos bioquímicos éstos se producen de manera cada vez más defectuosa dando lugar también a la enfermedad. Con lo cual tan necesaria es la batería como los medios de transporte de la energía.
Otra función de los cristales líquidos dentro del cuerpo está relacionada con la recuperación de tejidos dañados ya que reestablece la secuencia de información correcta entre las células revirtiendo el proceso de corrupción que dio origen a una comunicación incorrecta o alterada. Precisamente -según Esther Del Río- es la pérdida de capacidad para transformar el agua normal (H2O) en (H2O) 37 la que lleva al envejecimiento celular. Incluso para la replicación del ADN se requiere del cristal líquido que es el que guarda la memoria de vida.

CREACIÓN DEL CRISTAL LÍQUIDO
Bueno, pues llegados a este punto debemos desvelar ya que Esther Del Río ha patentando un proceso químico para producir Agua Vital o Cristal Líquido. Un método gracias al cual partiendo de agua purificada se puede obtener agua-cristal líquido. «Con aparatos de alta precisión -explica- convertimos agua normal en Agua Cristal Líquido que es un estado coloidal o mesomórfico. Sus características físicas son también diferentes. Tiene una alta tensión superficial -aproximadamente 60 dinas-, es de mayor densidad, pesa más que el agua normal, es ligeramente turbia debido a precipitaciones de sales férricas que no se han agregado sino que forman parte del agua natural, no tiene olor y siempre se conserva fresca. Con este tipo de agua puede darse un aporte electrolítico a los tejidos que mejore el funcionamiento de los órganos, se estimulen las células y se reorganice el tejido conjuntivo mejorando en todos los casos la calidad de vida».
Es más, este tipo de agua forma parte hace tiempo del tratamiento que la doctora Patricia Pérez del Río -hija de Esther del Río- utiliza desde hace años en su consulta en todo tipo de patologías así como para prevenir el envejecimiento. Con resultados -dados a conocer en distintos congresos- sorprendentes. Porque durante los últimos años se han obtenido, por ejemplo, recuperaciones impresionantes en cáncer. «Hemos llegado a la conclusión después de tantos años -nos diría Pérez del Río- de que el cáncer es un problema emocional y por eso los resultados con el agua-cristal líquido están siendo muy buenos. Y mejoran cuando se consigue la recuperación emocional del paciente». También en el caso de enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide afirman haber obtenido excelentes logros.
«Aunque los resultados comienzan a verse de verdad a partir del tercer mes -nos diría la doctora Pérez del Río- en la mayoría de los casos ya puede apreciarse mejoría a partir del primer mes de tratamiento». Se trata además de un tratamiento barato y sencillo de aplicar pues basta ingerir dos vasos diarios de agua-cristal líquido, aplicarla mediante compresas o atomizarla en casos de psoriasis. No se aplica empero por vía intramuscular ni intravenosa. Por supuesto, cuenta con los permisos correspondientes del departamento de Sanidad de México y su aplicación sólo le exige al paciente dejar el alcohol y cualquier otro tóxico.
A modo de recapitulación podríamos afirmar que los planteamientos de la doctora Del Río permiten completar algunas otras teorías de la Física moderna. Por una parte responde a cómo el ser humano canaliza la energía (biofotones hoy, Ki-Chi ayer) que obtiene de su entorno para el correcto funcionamiento de la bioquímica de su cuerpo. El entorno medioambiental vendría a ser pues la batería que permite la alimentación eléctrica de nuestro motor y de cada una de sus piezas. Energía absorbida a través de los «acumuladores» de nuestro organismo -papel que juegan los chakras- que finalmente acaba convirtiéndola en impulsos electromagnéticos que circulan por las moléculas de cristal líquido entre las células. Por otra parte, los trabajos de Esther del Río también permiten comprender investigaciones como las del físico Garaiev que presuponen la existencia de un mundo subcuántico del que el ADN extrae la información con la que se conforma el ser humano. En este caso las moléculas de cristal líquido serían las encargadas de la transmisión de la información de dentro afuera a través del cuerpo férrico de tal manera que en nuestro campo magnético externo -aura- puede reflejarse la información del interior de nuestro organismo.
Terminamos señalando que el paso dado con estas investigaciones, lejos de alejarnos de nuestros orígenes nos acerca a concepciones milenarias en las que el ser humano aparecía integrado en un todo. Ahora bien, lo sorprendente es cómo pudieron conocer nuestros antepasados hace miles de años el papel de los chacras y sus interacciones energéticas con el entorno cuando sólo ahora y gracias a la más moderna tecnología comenzamos a vislumbrar la realidad de lo que somos.
«Nuestro organismo -termina diciéndonos Esther del Río- es un gran ordenador con pantalla de cristal líquido que se relaciona con el exterior y con el interior así como con el disco duro -que es el cerebro- dando respuestas en millonésimas de segundo gracias al sistema de cristal líquido-magnetitas haciéndonos virtualmente cibernéticos e integrados en una gran red de líneas electromagnéticas externas e internas conectadas a la mente universal. Es más, puede decirse que todos los seres humanos estamos interconectados a través de un sistema cristal liquido-magnetitas (líneas de Internet) con la mente universal».